Como la mayoría de los padres y madres, Consuelo, la madre de Maydelin Juarez de 15 años, ha hecho todo lo posible por la salud de su hija, lo cual ha supuesto visitar muchos hospitales y mudarse a otro país en busca de la mejor atención médica.
En 2018 Maydelin fue diagnosticada con lupus y una enfermedad renal asociada en fase terminal. Comenzó diálisis en su país de origen, Guatemala, pero en última instancia necesitaba un trasplante renal para salvar la vida y recuperar la salud. Normalmente el trasplante no es un proceso sencillo ni rápido, en Guatemala es caro y requiere mucho tiempo.
“En 2019 decidimos viajar a los Estados Unidos porque vi en internet que aquí se realizan trasplantes con más frecuencia”, dice Consuelo.
Llegaron primero a Las Vegas donde tienen familia, pero, aunque el hospital las trató bien, no podía proporcionar todo el cuidado que Maydelin necesitaba. Afortunadamente el doctor conocía a alguien que podía ayudarle y la derivó al Dr. Timothy Bunchman y a nuestro equipo de nefrología en CHoR. Con la esperanza de salvar a Maydelin, la famila entera hizo las maletas y de nuevo se mudó, esta vez a Richmond.
“Desde el día que llegamos, nos sentimos aliviadas al ver que todos nos trataban con tanta amabilidad”, dice Consuelo. “Los médicos, enfermeros y trabajadores sociales fueron muy atentos y nos dieron esperanzas. Venir aquí ha sido la mejor decisión que podíamos hacer”.
El equipo se centró en preparar el proceso para que Maydelin consiguiera el trasplante y asegurar su salud, proceso en el que Maydelin y su familia han sido los protagonistas.
“Maydelin es una joven maravillosa con una familia adorable. Antes de su trasplante, nuestro equipo trabajó con ellos para estar seguros de que comprendían todo lo que suponía el trasplante y fueron muy receptivos y agradecidos por la atención recibida”, dice Jules Goble, enfermera orientadora de nuestro programa de nefrología.
Ya ha pasado más de un año del trasplante renal de Maydelin y está muy bien, gracias a la dedicación de su familia. Inmediatamente después del trasplante, venían a la clínica tres veces a la semana, seguían las instrucciones del equipo de cuidado y se aseguraban de que Maydelin tomaba todos los medicamentos correctamente.
“Maydelin requiere cuidado del trasplante renal de por vida, pero cada vez tiene menos citas en el hospital. Ahora la vemos de seis a ocho veces al año”, dice el Dr. Bunchman. “Con su actitud positiva y diligencia siguiendo el plan de tratamiento, puede tener una vida normal”.
Sobretodo, la positividad de Maydelin es tal vez lo que hace que su madre esté orgullosa de ella.
“Maydelin tiene una actitud muy positiva al enfrentar sus problemas de salud. A veces tiene sus altos y bajos, pero siempre termina siendo más fuerte”, añade Consuelo. “Es muy fuerte, inteligente y divertida. Hace reir a todos y ha enfrentado su situación con gran valentía”.
La próxima aventura de Maydelin es viajar a Las Vegas para visitar a su tío, y sus amigos de CHoR esperan impacientes las noticias de su viaje.
“Con los meses, Maydelin se ha convertido en una mujer joven, inteligente y bonita”, añade Jules. “Nuestro objetivo es que los pacientes de trasplante tengan una vida normal, una vida plena y Maydelin lo está haciendo”.